Esta yurta de 27 m² se encuentra en el corazón de un bosque de robles y de castaños, es la más alejada por lo que es la más tranquila.
Ahí, podrás admirar la puesta de sol.
Fuera, dispones de una mesa de picnic y de dos hamacas para aprovechar al máximo tu estancia.
Nos gusta: las comidas y los desayunos preparados por un verdadero Chef.